domingo, 30 de agosto de 2009

Solo intento desahogarme


Esto me ha venio grande. Tan grande que ni siquiera quiero pensar en su magnitud. Hacía meses, quizás años que no me sentía tan sola. Sola por dentro sola por fuera. Consternada sin saber como reaccionar ante tanto malestar. Arrepentida, de tanto como he podido herir sin yo ni siquiera percibirlo. Ahogada de tanta mala hierba en el jardín que nunca regué. Me aterra la idea que la mente me ronda, pero sobretodo me atormenta que en dos días me hayan echado de dos casas, que no encuentre ni hogar físico ni calor humano simulando una guarida. Tengo miedo, de todo y de nada, de la tarde y su resplandor, de la noche y mis pesadillas, y los sudores ahogados en llantos del alba y de su rocío y de la mañana y la terca alborada...

A veces me satura ver que me rodea la multitud, que los "amigos" me llaman, atienden mi llanto, profanan mis palabras si es necesario y aún así en vez de agobio siento más soledad y el frio peso de la nostalgia por una infancia interrumpida de manera brusca

1 comentario:

  1. La infancia tiende a romperse siempre de un modo brusco, así lo veo yo, y lo jodido de la nostalgia es que es complicado sacarsela de encima...

    ... tal como una mosca que te sobrevuela e increpa una y otra vez.

    Un fuerte abrazo desde el Otro Lado

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nada estomagante