Sentir como mi carne la abre el carnicero del mismo modo que se lo hace a un carnero
jueves, 15 de enero de 2009
colchones ninfáticos
Y entonces los colchones empezaron a ablandarse y decían que no eran ellos los que a la transformación física asistían. Cada pedacito de hielo que antes frotaba mi cuello es ahora una caricia primaveral de flores de terciopelo… cada nuevo café me calienta hasta el pelo, cada nueva sensación solo abre mi mente a un mundo ya conocido, ya no hay tapujos, aquí no se dan conferencias sobre el afecto o el rencor que irradia el mundo. Todo es maravillosamente inhumano con toques de ninfas por todos lados, con hadas que hacen que el día se acorte hasta lo breve……………………………. y mundano.
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nada estomagante