lunes, 9 de noviembre de 2009

De lugar

Vuelvo a quedarme impactada, por esas cosas que se cuecen aquí, en el colegio de la desidia, de los esperpentos a mares y las visceras de colores a tantas. Si, señores, ahora me han castigado el alma por ser buena persona. Por juntarme con un pobre indigente de mirada lánguida y darle de comer los tristes postres de los que me "privo". Que el señor esté vosotros... ¿Qué pasa con la obra de Dios? ¿del Dios de los pobres que tanto adoran? ¿No era el cometido de nuestro señor dar de comer al hambriento y dar cobijo al pobre? bla bla bla

Y por qué me miran mal? Joder, que puto desgaste mental. ¿Qué le ven de malo a una estrecha relación de amistad entre un chico de la calle y una aspirante a novicia? Vamos hombre, que me lo digan a mi... Odio la mirada de esa chica, el brillo de maldad en sus ojos al oir salir de mi boca las palabras que tanto ha repetido desde que las escuchó.
- Pero, ¿tú hablas con él?
- Pues claro, es mi amigo y le conozco bastante bien.

Esa mirada va a hacer que tienda a aislarme de mi habitual sitio de reposo, porque no podré volver a enfrentarme a sus ojos, tan fríos, tan hundidos y llenos de mierda de la más pura. Ufff.... Señor bendito!

Putas niñatas mimadas de papá, que por no saber no saben ni a donde mirar si no tienen delante un pañuelo de cachemira. Que rabia me invade por dentro, que desdén más infernal, que hace que mis ojos parezcan temblar al ritmo del gon que hace su personalidad, egocentricas de mierda, perras del infierno, ¡coño! os odio, joder que puto desastre de lugar.

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nada estomagante