Sentir como mi carne la abre el carnicero del mismo modo que se lo hace a un carnero
miércoles, 22 de junio de 2011
mirando por la ventana
Recordó entonces el ruido de la cinta de la persiana con el viento y lo mucho que se parecía a las alas de un murciélago frenético. Recordó los mimos en la ventana y al paciente italoamericano que se paseaba por el pasillo largo de la unidad de quemados.
Fueron los meses más intensos de su vida, cuando se distraía aparecía inmersa en un océano de casualidades inequívocas, tras la meseta del desenfreno.
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nada estomagante