miércoles, 2 de noviembre de 2011

retrasos en la conciencia


Planeabamos, rescate en avioneta a 200 por hora y ritmo de reloj marcado. Nos estrellamos rápido y a posta y luego fuimos dejando las piezas paulatinamente en un desguace de 3x2; dejando litros y litros de aceite desparramados por el camino, manchábamos hasta por los ojos, y cada centímetro de nuestra piel lloraba aceite caliente y turbio. Fuimos acercando el hocico despuès de huir un par de veces por las chispas que saltaban. Empezamos a oler, empezamos a escuchar, tocar hablar; como el despertar de un sueño y ya si era vida y no lo de antes... a medio minuto del extasis y doce centímetros al oeste de tu clavícula, el hueco justo de tres dedos, el cenicero perfecto me hace esclava a voz bajada de los susurros de cama.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

nada estomagante