domingo, 22 de mayo de 2011

movimientos bruscos

Tú sabías que algo pasaba, porque cuando te nombraba temblaban las telarañas de la casa y una hambrienta jauría de lobos aparecía en tu puerta para pedirte las sobras. Había momentos del día en los que todo era un incordio y no parabas de gritarme por cualquier tontería. Otros en cambio parecías estar en armonía incluso con el gotelé de la pared. Las noches, desde la alfaguaras parecían más tenues, y más inquietante e inconfundible se volvía el brillo de tus ojos con el viento. Sonaban sirenas y gaviotas, y quizás algún violín desafinado, en medio de un paraje desolador de puertos, de carretera y calcetines manchados me mirabas. Yo te esperaba cada noche, cada tarde y mañana en el mismo lugar... porque desde que te marchaste las cosas cambiaron de color y me costaba algo más levantarme por las mañanas temprano.

lunes, 9 de mayo de 2011

Mariposas en el estómago


No paran ni un instante, no dejo de sentir sus alas rozando las paredes de mi epitelio estomacal y parece que quisieran causarme úlceras con esa frenética actividad. No sé que quieren de mí, ni por que moran en mi vientre. Pero ahí se pasan el día, supongo que buscando una salida o la muerte. Y ya verás, el día en que logren salir ya me voy a encargar de que estos malditos lepidópteros den con su polvito “mágico” en la tumba. Que me están volviendo loca y me han quitado hasta el apetito mientras ellas a saber donde meten sus espiritrompas para tener esa energía tan apabullante.

lunes, 2 de mayo de 2011

maretones mentales II


Basta con mirarte, para que me acuerde de todos aquellos momentos a ciegas. Basta con odiarte para que me den ganas de tirarme al suelo y patalear hasta que salgan moratones. Basta con seguirte el paso por las tardes y con olerte desde el rellano, me basta tu boca a miles de pasos haciendo muecas toscas comiendo chicles de menta o clorofila...
Nuevo documento, podría contarte lo mismo o más que al anterior, y que decirte que no sepas, que me acuerdo de soñar todas las noches con los mares de azufre que entraban por la ventana y las cortinas moviendo los sueños de bocas desamparadas...















Porque no pasa; porque suena como una canción interferida
y porque me desahuecas mi rinconcito de exilios y ausencias...