domingo, 22 de febrero de 2009

fragmentos aleatorios de la historia del hada

Tanto me hiciste sufrir tu ausencia que cuando tuve la oportunidad de empaparme de ti me faltaron ganas, tiempo y fuerzas. Tu risa sonaba a cascabael solitario, tu voz llamaba demasiado la atención entre el jaleo asqueroso de los demás hacían. Tu impaciencia por abandonar nuestro techo común hizo que los cafés me regalaran su parte menos vitaminada en forma de nervios.



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El " a tres metros" que con toda seguridad no podría ser repetido con mayor hipocresía. Tan solo un intento de coger las riendas de la situación.



Tantos enfrentamientos de miradas que mi cabeza centrifugaba a una velocidad peligrosa. Tus intenciones oscilaban impacientes trazando un perímetro de dos metros alrededor nuestra.



¿Es que no había suficiente con el ya tenso contacto visual-lingüístico?







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Demasiadas escapaditas al baño, la vejiga en constante algarabía deshauciando a su detestable inquilino. Mi voz tersa, plana a intervalos de nueve minutos te adornaba las orejas arremolinándose en torno a ellas. ¡Qué estrecho habitáculo! qué fácil encontrar tu silueta en el pasmo oblícuo de la multitud...



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Y es cuando mis ideas se hacen una maraña imposible de desenredar; cuando mi pulso no se cree su creciente inestabilidad; cuando los ojos me pesan un mundo y me sangra hasta la voz de tanto suplicar; cuando veo color en lo blanco y blanco en la oscuridad; cuando la cesta es más de alambre que de mimbre..



Mis esfuerzos eran casi tan esteriles como los campos yermos de mi ilusión, si que lo sabía.



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No recuerdo en que momento solté mi desmadrada melena y me olvidé de la vergüenza, la seguridad en mi isma me sorprendió tanto que pensé que esa no era yo, pero si que era, y estaba allí de pie haciéndome la dura sin mostrar emoción alguna y regalando simpatías y calipandrias a diestro y siniestro.





Y adiós a tu panda fetén





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"NOS"







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Lo negaré siempre.





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Cuando llegue ese día mi vida cambiará, te voy a echar en falta siempre.





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Con el gesto retorcido de manera cruel me sentenciaste a una caida libre sin ptotección buscando para mi un fin absurdo lleno de contrastes.







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Y FUE ASI QUE ME HICE ADICTA A CUALQUIER COSA QUE NO OPUSIERA RESISTENCIA A LA INERCIA Y SE DEJARA ARRASTRAR POR ELLA.

martes, 17 de febrero de 2009

so(u)ciedad


Lentos, muy lentos, sin compás, con las respiraciones en la cara y el vaho entremezclandose, con flashes de palomas decrépitas agonizando y caricias flagelantes. En un cuarto oscuro muy frío, con mantas por todos lados, con cojines desalmados y calendarios marchitos en cada pared renqueante. Estrechos, muy estrechos, con el latido en el cuello y las manos en el pan, la cabeza gacha por si las moscas y el ego deshecho en un tarro de harina para mezclar con coca. Agarrados, muy agarrados como temiendo la inminente huida en estampida, con la tele a volumen de película porno y los colores distorsionados por la humedad. Así estábamos rotos y perdidos esperando que alguien nos ofreciera cobijo, como si deseáramos revivir la acogida más repetida del libro santo cristiano, como si nos comieran aquellas paredes desconchadas, ¡como si deseáramos herir al viento! pusilánimes y apaleados, con sangre en los cuatro costados, con las lágrimas de los que nos lloraron, descuartizados en un desván con las sombras palpitantes pero el corazón parado.

lunes, 16 de febrero de 2009

Alodeon

Me enciendo; si me soplas me apago. Recibo empujones y los devuelvo abrazos. Si me lapidan llanto de colores y lluvia de sabores. De pequeña grande, de grande demasiado. Azul o violeta, nunca fue premeditado… intento dártelo, recibir es poco, agradar difícil y la risa fácil si dura. Post moderno en trance, retículos de una ganga de mercadillo de sueños, chocolate por cebo y anzuelos por cubiertos; macedonia sin néctar, infusiones con fideos y sopa de manzanilla. Mi caos, tú incierto caos o la incertidumbre en tus pensamientos y mi empeño en que se lea entre líneas, no es fácil si es gratificante. Lo difícil cuesta menos porque la recompensa es tiempo recuperado…. Y te pido, y te ruego, te suplicaría, vendería mi alma si con ello el resguardo fuera la seguridad de que te das por enterado, para siempre, siempre es poco, poco es más que nada, nada es esto, esto es lacerante… me conformo con NADA.


NADA NADA
NADANA DANADA
NADANADANNADANADA
nadanadanadanadanada
NADANADANADA
nadanadanada
NADA
NO

lunes, 9 de febrero de 2009

punto y aparte.



Porque 80 segundos de su sombra fueron suficientes en mi dosis mensual… mi feliz infelicidad no me corroe por ello pero quemaría la fregona que ha borrado sus huellas con semejante incomprensión. Mi cabeza asciende como un cañonazo de aire recién exprimido y vuela y se camufla entre algodones de nubes porque no quiere bajar. Hasta cuando disecciono epitelios aparece su cara como si de un mensaje subliminal se tratara, y es cuando el metabolismo de mi mano derecha se acelera por eso del vicio literario incompleto. Llaman a mi puerta una y otra vez mentalmente , no quiero abrir, hoy no llueve, hoy nadie lleva los pies mojados, no merece la pena .




Me cansé de las chiquillerías que me condenan a un estado de ánimo latente e intempestivo, me cansé de contestar con un “ se ha ido por ahí, si corres puede que le alcances”, de descolgar el teléfono, de sacudirme las mijillas del pantalón , de afilarme los colmillos cada vez que salía de casa, de las tardes sosegadas y los paseos matutinos ( de los vespertinos afortunadamente no), de agacharme a recoger aquel euro que siempre se me cae, me cansé de sentarme a dar d comer a las palomas esperando una llamada o un gesto que te delatara, me cansé de mi vaga existencia,
me cansé de las llantas plateadas y del periódico que ya no compro, y de la comisura que me prohibía pedir una cita, me cansé de mi espontaneidad y de la categoría extra… Alguien empezó a preguntarse sobre mí mientras yo cansaba a mi dieciochoañero abrigo sacándolo del armario para nada una vez y otra y otra y otra y ooootra vez. Se preguntó por qué las personas que yo conocía habían tenido ese peculiar modo de conocerme, si mi vida podía ser tan casual o si yo incitaba a la casualidad a derramarse sobre mi, no solo eso, después me lo preguntó a mi y entonces dejé de cansarme , le lancé una soga a mi cabeza para bajarla de las nubes, me la coloqué sobre los hombros y ahora todo ha cambiado, comienza mi reflexión, tantas cosas que no deseo comienzan ahora que preferiría no bajar en pijama a comprar antes que aceptarlas dócilmente, comienza la comprensión que ya no odio, en definitiva, una etapa que sé que odiaré cuando termine. Hoy he visto unas letras mayúsculas rojas que decían GAME OVER, mi juego ha terminado y creo que no empezaré una nueva partida… y no he llorado porque mis hormonas se han evaporado y ahora pululan por ahí en busca de cheques regalo y cosas de esas que yo no comprendo.

Y que lo digo AHORA y siempre, si por 80 segundos de tu sombra más tuviera que matar, mataría sin piedad, ¡vaya si juro que lo haría!











vermo vipuro viro

jueves, 5 de febrero de 2009

Empieza a pasar

Que no siento el sentir, que mi corazón me pide un retroceso... que mis días se suceden por capacidad contemplativa, que la boca habla por superar el vicio del silencio, que mis ojos se abren por no perder del todo el contacto con el aire que impregnas de vida y me envias en ráfagas de viento... que si digo que ni huelo ni saboreo, no m lo invento, que no siento mi tacto como antaño, que me tocas y se transtornan mis nervios por colapso de tiempo

(Los sueños malos)


Está la plaza sombría;

muere el día.

Suenan lejos las campanas.

De balcones y ventanas

se iluminan las vidrieras,

con reflejos mortecinos,

como los huesos blanquecinos

y borrosas calaveras.

En toda la tarde brilla

una luz de pesadilla.

Está el sol en el ocaso.

Suena el eco de mi paso.

- ¿Eres tú? Ya te esperaba...

-No eras tú a quien yo buscaba.

martes, 3 de febrero de 2009

síncope vasovagal día sí y día también



Los bizcochos bañados en licor, suaves masajes cerebrales, recompensas por encontrar al villano, las patatas estofadas, la camilla más erótica, las tijeras de podar pelo, la gallina turuleta, jugo de manzana en cualquier recoveco de su cuerpo, el chico de la cara fusiforme y el talle de carretera , cerezas por pendientes, arrugas de juventud, el pintalabios que me comí, el bar de la agonía, la certeza del pájaro que no cantó, la piruleta marchita, la pegatina de velcro rosa, la monja de la naranjada, juegos a oscuras en un salón sin sofá, la intrusión a tu alacena, unas cortinas pintarrejeadas, la habitación del pánico con roedor incluído, la ducha estrecha donde fornicar bien pegados, la sesión de fotos con luz verde fenomenal, el cuchillo del hombre malo, el funeral con arañazos, el guardapelo infinito, el gesto más hosco que jamás vi, la olla a presión de su casa, el patio de los geranios rojos, el beso más corto y el abrazo más largo, el rincón de su cuello que altera el ánimo, el hueco del armario donde abandono las esperanzas cuando pesan demasiado, la estrella fugaz que le regalé por su cumpleaños, las garrapiñadas, la mirada del hombre en blanco y negro y sus gafas de sol recién estrenadas, los parabrisas vespertinos, las gárgaras con agua con sal o zumo de limón, los paseos inapetentes, el carbón que la barbacoa regurgitó, los pendientes largo de medio kilo, la reyerta con abrazos, la alfombra esquiva, la mariposa sugerente, el abanico que se levó tus penas, las penas que se llevaron tu color, el color que se llevo tu belleza, la belleza que se llevó tu atractivo... y todas esas cosas que no sé si volveré a experimentar pero que han dejado un cráter insalvable en el planeta donde mi corazón hiberna a temporadas intermitentes.

lunes, 2 de febrero de 2009

Solo mentalmente


Durante años soñé con algo que no tenía demasiado sentido... Soñé con unos ojos que no había conocido, ni habían visto mis retinas, aún así no pude dejar de obsesionarme con esa mirada que me desquiciaba por completo. El día en que conocí al portador de esos párpados lánguidos deseosos de un guiño de complicidad no podía creer que hubiera echado en falta a aquel individuo al que NO había visto, ni escuchado, ni hablado, ni saludado, ni observado con avidez, ni abrazado, ni besado, ni conquistado en esta vida pero con quien sé que compartí algo más que un contexto temporal en algún lugar tan lejano que no sabría a día de hoy ubicar. Echaba tanto de menos aquel lagrimal que se inundaba solo con un par de frases cortas bien elegidas que lo mantuve en mi subconsciente durante al menos nueve reencarnaciones, por eso llevaba nueve infelices vidas desde aquella primera vez que adopté un cuerpo propio acorde con mis intenciones y proyectos de vida... Y ahí estaba de nuevo esa alma que creía que me debía pertener a mi y solo a mi. Era otro cuerpo, otro refugio al fin y al cabo pero había sido una sabia elección por su parte ya que después de vagar por infinidad de cuerpos había encontrado unos ojos idénticos a los que yo le había conocido y con los que aún le recordaba. ¡Cómo era...! aunque sé que no lo hizo para que yo le encontrara, había tenido tiempo suficiente como para difuminar mi recuerdo, él no quiso torturarse durante tantas vidas. Ahora ni siquiera era consciente de la infinidad de veces que ya nos habiamos mirado y yo no sabía como hacerle saber que era yo y que lo había reconocido por los ojos certeramente escogidos...

Necesitaba una señal que me indicara que debía hacer, necesitaba saber por qué aquella tarde el lápiz tembló entre sus dedos, necesitaba saber mucho más de lo que estaba dispuesta a preguntarle y no por vergüenza de quedar como una enajenada... Simplemente tenía un miedo atroz de no obtener la respuesta que yo creía correcta, era algo superior al miedo, pánico, una grima sobrenatural como la que sentí dos vidas atrás cuando aquel deportivo rojo se acercaba de manera devastadora hacia la motocicleta que me conduciría a la muerte por culpa de un desaprensivo proxeneta que solo se quejó después de un ligero escozor en un arañazo de medio centímetro no más. Yo no quería dejar pasar aquella oportunidad. ¿ qué sabía yo si tendría la posibilidad de cruzarme de nuevo con ese alma complementaria que se me ocultaba en vida y me esquivaba en nuestro vagar etéreo a la espera de una nueva reencarnación?

Mi subconsciente me torturaba hasta el insomnio vertical durante temporadas más o menos largas durante las cuales se me revelaban verdades que asustarían hasta al más frío muro de piedra de las catacumbas griegas donde en una ocasión fui enterrada.Quería actuar y no sabía como.

Imposibilidad de conocimiento global




Jamás soporté las tonterías de los críos de mi edad ni el dulce y maravilloso olor a incienso en las iglesias ( me daba rabia que un sitio que me repelía tanto oliera tan bien); acostumbraba a hacer tachones hasta cuando escribía a lápiz en lugar de usar la goma porque creía que borrar era demasiado fácil y definitivo; nunca pedía las cosas por favor si el receptor de mi solicitud no me doblaba la edad al menos. Conforme crecí empecé a desmarcarme y desarrollé la capacidad de analizar todo cuanto sucedía a mi alrededor en un lapso de tiempo ínfimo. Un día (antes de tiempo) hice por fin aquella pregunta en clase de catequesis y como la catequista no me respondió con la suficiente convicción como para apagar mis dudas lo volví a intentar en el colegio, en clase de religión. Aquello dió la vuelta al colegió y revolucionó a la sala de profesores de la misma forma que lo hizo aquel hombre desnudo que dibujé con cuatro años. Sin duda fui yo solita la que marcó mi trayectoria desde la infancia, sé que mi curiosidad me matará a disgustos y que la gente se seguirá preguntando por qué me hago esas preguntas tan extrañas..