miércoles, 29 de diciembre de 2010

Besitos desde el balcón


Subiamos a toda leche por las escaleras. Tú me empujabas del culo como si me pesara una tonelada. Llegamos solo al primer rellano y ya me colgaste de tu hombro; los dos muslos derramándose por tu contorno, dos jamones secándose en la alacena decías; solo que en vez de secarse se mojaban y chorreaban.

El segundo rellano fue una odisea, los cuadros nos obligaron a besarnos contra la pared, a desconchar el gotele, a pervertir la llave de la luz casi violándola por equivocación. Besarte. Me bajaste con la boca abierta los pantalones y me subiste los calcetines antes de besarme y besarme. Recorriste cada lunar por orden de preferencia y descubriste lo mucho que me encanta que te pares en cada hueco diseñado especialmente para albergar tus concavas palmas. Besarte.


Después de veintisiete minutos llegamos por fin a mi cuarto. Me empujaste con la mayor de las destrezas y el menor de los apegos. Te salía el fuego de la chaqueta
y chirivitas de los ojos. Me mirabas, no sonreías:

- ¿Alguna vez te han comido el corazón a mordiscos?











Sonando esa canción que dice

Me gustó ser parte de tu vida
me gustó ser dueña de tus noches
compartir contigo tus manias
me gustó que me besaras
en el
me gustaron todos tus detalles
y esa forma tonta en que decías
como tu no iba a quererme nadie
como yo nadie, te entendería

lunes, 27 de diciembre de 2010

Monsergas me sobran, retahílas me faltan


Ojalá estuvieras aquí
calentándome la mirada
(y la mirada también)...
Derritiéndome con las manos
(con las manos también)...
Para cazar al vuelo los suspiros
que se escapan entre mis dedos,
para acallar los bostezos
con los besos deshechos;
besos de microhondas,
dos minutos y estoy cachonda...

domingo, 26 de diciembre de 2010

Guarderías de elefantes

La vida pasa en capítulos que se suceden y se entrelazan en bucles de forma perfecta.
Ellos son los responsables últimos de cada suceso, de cada trama en el día a día. Somos marionetas en una obra escrita por nosotros mismos, pero que no sabemos como acabará.

Cada segundo que pasa, cada minuto de rabia, cada final desavenido y cada rincón en el que nos escondemos cuando falta el aliento; cada lugar que pisamos, cada circunstancia al final son solo letras en la mente dispersas de forma caótica. He dedicado mi vida a vivir plenamente y a no dejarle ni un resquicio a la suerte. Y es que la suerte es responsable de tantos éxitos como fracasos, de tantas muertes como vidas.... El vivir solo supone eso, la suerte del viandante hecha billetes y repartida en forma de paquetes de aire que consumes en cada intermedio.

Vivir es caer y levantarse, gatear para salir del bache, escarvar para ocultar desgracias y resurgir de las cenizas como ave fenix que arde. Vivir es correr contra el tiempo dividido y tratar de llegar a tiempo a la hoguera para quemar los recuerdos en una noche de mayo en la que faltan bomberos para acabar con el infierno.
Así que deja de vivir del martirio, olvida las lágrimas y sus charcos, entrégate a la meta por entero si quieres que tu último momento permanezca en el recuerdo.

jueves, 23 de diciembre de 2010

Más pedazos



¿Sabes? me es indiferente agarrarme a clavos al rojo vivo, quizás sea porque me enamoro del primero que me ofrece amor a contrabando...

El día que te conocí te dije eso mientras pelaba cebollas como excusa barata
para justificar las lágrimas que provenían de lo hondo de la desesperación.
Te lo dije detrás de unos fogones con la cara llena de charcos.
No me quitabas el ojo; aunque no me conocías de nada sabías que era tu alma gemela.
Cualquier cosa que te hubiera dicho habría valido para convencerte de que el mundo había predestinado nuestro encuentro en aquel antro de mala muerte.

Mientras preparaba la tortilla me agarraste por la cintura y contoneaste mi pelvis al ritmo de un blues que cantabas nada desafinado. Decías ser cantante de un grupo de rock, que la música era tu vida y el acordeón a la espalda tu medalla de guerra.

Cada día de aquella semana hiciste exactamente lo mismo. LLegabas al bar, saludabas al cojo, al sordo y al borracho, dejabas el sombrero al lado del apio, cerrabas la caja de musica que yo dejaba abierta como una puerta oculta entre lechugas hacia el mundo paralelo en el que me refugiaba mientras daba muerte a la vida, y decoro a la sinestesia. Me alegraste tantas semanas con tus serenatas a media voz y cortinas echadas que no sabía de donde sacar las cebollas cuando aparecías sin el acordeón y la chaqueta mojada.

Cada noche con la cabeza bajo la almohada la ansiedad me corroía. Soñaba con tus manos secas y duras meciendo mi cintura,prometiendo sacarme de la mediocre vida mundana a la que me exponía con tesón. Cualquier momento en soledad servía para llorar sin ningún tipo de excusa hasta quedarme tan seca que un día ni las cebollas llegaron a hacerme efecto. Ese día tu gesto cambio de manera sobrecogedora
y te diste cuenta de tantas cosas que me sacaste a rastras de la cocina, te despediste de mi jefe para siempre y me llevaste al cobertizo donde vivías rodeado de guitarras españolas, todas ellas en un estado deplorable, como tu alma, decías.

- Están aquí para ser arregladas, sería una verdadera lastima ver esa madera impregnada de melodías carcomida por pseudomonas.
- Pseudo qué?
- Escucha que te hable y que te diga que te quiero más que a mi vida, que a mi música, que a cualquier aparato ajeno que me pudiera devolver la felicidad en un instante. Qué importa lo demas si sólo eres tú lo que necesito...

Y me besaste tan fuerte que tres días me supo la boca a sangre, y la sangre se convirtió en mi sabor favorito. Besarte era como abandonar
la tierra por horas, de repente aparecía una atmosfera cargada donde la ingravidez reinaba de tal manera que mi estómago no paraba de dar vueltas en sentido contrario a las agujas del reloj. Hacer el amor era la cosa menos premeditada del mundo, y aún así siempre había sándalo, velas y música, como por arte de magia. Me regalaste tantos orgasmos que en mi antigua colección no cabía ni un solo beso
rojo más y empecé a tirar por la borda recuerdos del ayer, uno por uno los dejé ir para dejarte entrar en mi, para coleccionarte solo a ti . Y es que la perfección que me regalabas se convirtió en mi todo.

Por que sé que aunque doscientos elefantes se bañen en mi bañera cada noche y que cada desayuno lo comparta con vampiros ciegos que juran venganza a la tendera de la esquina; porque aunque no te quites la gorra ni para dormir y te levantes con un cigarro en la mano; aunque me mates a cosquillas, me tapes la boca y me tires del pelo hasta doblegar a la potra que llevo dentro; aunque todas esas cosas y muchas más a diario me saquen de quicio o me hagan chillar de alegría los dos sabemos que nos odiamos por querernos tanto.
Solo yo sabría pintar el bodegón que me enseñan tus labios entreabiertos
en la más resbaladiza de las noches; en cada gesto, en cada palabra... Solo yo sé que tu cara sonriendo es un poema y tus manos la escultura orgánica mejor diseñada de toda la historia del arte.

Y es que solo a tu lado chillo sin desengaños; grito alto porque sé que te gusta y te encanta verme enloquecer con cada mordisco, con cada pelea de gatos a muerte.
Tú eres un boxeador manco y yo el gato con botas partiendo hacia el ocaso.

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Secuelas


Sí, vale, las bragas me las bajó el duende y se las llevo cupido en la boca.
Pero fuiste tu quien me violó con la precisión de un compas trazando en mi vagina circulos concéntricos al eje horizontal en el que se unían nuestras pupilas.
El corazón estaba demasiado ocupado para atender aurículas y ventrículos a un mismo tiempo, por eso tú gritabas que te iba a matar de amor a los cuatro vientos.
Querías que me corriera y yo solo quería gemir lento. Nunca había perdido las bragas de
esa manera y menos aún sentido semejante procesión vaginal como para clamar que
amores perros solo dejan la boca hirviendo

La noche se siente, avecina tormenta...


Una pequeña gota en la cabeza no la sientes,
pero si son trescientas por unidad de tiempo la cosa es diferente.
Lo mismo me pasa con los pensamientos, que se adhieren a mi mente
como salidos de la nada haciendo gala de autoexistencia rebelde.
He visto pasar tantas veces la oportunidad, melena por delante y tan calva por detras que si no he extirado el brazo ya para agarrar es porque la vida pasa y pasa sin cesar ocultando profundo el miedo y lo que está por llegar.
Ha llegado el momento en el que he de decidir sin rechistar y las manos no me obligan esta vez a renegar, a hacer de lo claros de luna en cada rincón de mi alma lugares marchitos a los que marchar.
Y tú solo te ries de la vida porque dices que es corta y que mañana nos morimos, y yo digo que si me muero ya he vivido, y que si vivimos es por despecho.

martes, 21 de diciembre de 2010

Doce millones de kilos en estampida.
doce millones y medio de sonrisas
a diente pulido no me valdrían
para tragar la mitad de las vías
en las que me tiro la vida

Del diez

Canela en rama, para la mejor de las noches en colchones pinchados
la mejor de las fragancias en tu pecho
y tus colores en mis dedos pintados.
Tus delicias para que no te olvides de que esa noche caí en el mayor de los retiros
de este planeta gracias a ti; en el buceo continuo en tus entrañas,
en los dedos de pulpo, y las cajas a medias de cerillas
deshechas que se encienden al soplido del viento
para llevarse las secuelas.
Eres el humo de mi boca a bocanadas saliendo,
eres la tarta de queso,
el capricho, el puro placer de masticar arco iris rotos
de escupir malos sueños y despertar en pesadillas rojas
con besos de cuento en la nuca.
Son huesos de trapo en mi esqueleto,
si apareces ya nunca quedan quietos.

domingo, 19 de diciembre de 2010


Todos los años igual, noviembre es lo único que recordaré para siempre
cada mes once ocurre lo mismo,
aparecen primero como futuros recuerdos efímeros
al final perpetúan para siempre en mis adentros...
y no sé como...
no sé como...
NO sé como, pero me has descubierto
y maldita la hora en que el día se apaga,
y maldito el momento en el que desaparezco
y malditos recuerdos
y maldita tu esencia que ha descubierto mi secreto
ahora estoy desnuda y no puedo fingir
que el viento me sopla
y la lluvia me moja
ahora mi cuello se resiente...

jueves, 16 de diciembre de 2010

Acabar retozando entre algodones y raso opaco

Te aseguro que hay cientos de señales esperando que aparezcas para desatarse y estallar en mi cara. La hora del café se convierte en el blanco perfecto de mil casualidaddes por unidad de tiempo mientras gateo en ascensores que suben y bajan.

Podría ser más fácil pero nunca tan emocionante como cuando sé que en cada intervalo de tiempo acotado entre accidentes de miradas aparecen burbujas de hielo que paralizan el momento y lo hacen eterno en el recuerdo.

miércoles, 15 de diciembre de 2010

29 de febrero

Mendigar amor a un desmelenado en los límites adjuntos del 29 de febrero del año 11. Su cara me suena tanto y más, solo que ahora lleva barba y pasa de enmiendas y de trallas. Duerme en arenas movedizas sobre un colchón de esparto, su habitación junto al ascensor que mamá puso en casa para prevenir la vejez y el coste de oportunidades crecientes. Todo huele a chicle en su perímetro vital, chicle de cemento demente, chicle que no conoce las consecuencias de una diabetes insípida. Son tantas las veces que yo aún le sueño, son tantos los recuerdos, tanto el amor, el desamor, la horca y el hierro al rojo vivo marcado en las entrañas...
Víspera de Navidad del año 2010, a punto de entrar en el 11 con la boca llena de telarañas y el corazón plastificado junto a la sección de mantecados baratos. Y es que ya nada sabe como antes, ahora hasta una simple manzana me sabe a chancla y estiro pedazos de tiempo intentando optimizar con recato el chicle y el dinero.

jueves, 9 de diciembre de 2010

Sueño de un sueño

¿Alguna vez has pensado que el tiempo corre en tu contra y que los sucesos se amontonan y revelan? ¿ has palpado las consecuencias de tus actos? ¿Has soñado con el viento descompuesto y los secretos en cuatro colinas a voz quebrada? He tenido la oportunidad de ver en mi vida las cosas mas escalofriantes, los sujetos mas tiernos, las luces mas claras, los radiadores mas calientes… he tirado por la borda ilusiones del mañana que no servían para nada y he acabado en el vertedero buscando pedazos de recuerdos muertos. Son tantas las palabras pronunciadas, tantos mecheros, tantas patadas, tantas brazadas en lodo con la cara tapada… los colores ya no me hablan, parece que la sinestesia acabara con los círculos marchitos de tu entupida ineficiencia sentimental. Y me he dado cuenta de que todo se acaba, de que cada resquicio en el corazón solo supone una balada que acaba en desastre natural. No comprendo este laberinto, no he visto aun la salida, y se que ando por perdida, mas perdida que el barco del arroz, esperando una batalla para rendirme y dar patadas, dejar el saco y esperar el alba a luz bajada…

martes, 7 de diciembre de 2010

Cayendo

No se si echarme a llorar o pegarme un tiro en la sien. No se hacia donde tirar, estas arenas en el camino son demasiado resbaladizas y yo muero de desesperación.
¿Sabes que? Me enamoré de un concepto de extensión difusa. Ando entretejiendo mi vida a los sueños y la fantasía. Parece cosa de locos pero es más fácil imaginar que ver la realidad….
Hay un camión cargado de jeringas de lejía y mil ambulancias esperando su momento en cada esquina. Cada segundo vivido en agonía deja constancia de que muero poco a poco, de que segundo a segundo me ciega la melancolía. Y echar de menos cada abrazo entre tu mata de pelo, y cada bostezo tuyo entre mis pliegues, cada polvo en la bañera con el agua corriendo y sumergirnos en el paraíso mas terrenal. Sumergirme en ti y nadar, morir de placer y resucitar por vicio… estrellarme de nuevo en mares de burbujas verdes y dejar pasar el tiempo obstinando recuerdos que mueren. Batallas en el oleaje, batallas perdidas, ojos de mil demonios centelleando en este mar maldito. ¿ Por que tus ojos miran así, mi vida? ¿Por que no me quieres? ¿Por que me abandonas cuando mas necesito una mano, un pecho y una vida?

sábado, 4 de diciembre de 2010

movimientos clandestinos


Eras lo peor y eso era lo que mas me gustaba. Llevabas a cuestas más de tres mil hurtos, mil heridas sin venda y un centenar de reyertas perdidas. El día a día se consumía a tu lado dando rienda suelta a un millar de bicis para vender de segunda mano. Me lo dabas todo: el poder de romper plata, sumergirme en billetes de escaparates entre tus manos ardientes, robar hasta miradas y consumir la dulzura con tanta destreza que parecía de mentira.

Nunca te habías reído tanto de mí como cuando mencioné los recursos hídricos y todas esas cosas que siempre me callaba. Yo de erudita por la vida, tu escuela la mismísima calle, pero nadie te libraba de conocer lo incognoscible, de saber más que el diablo por viejo...
Me decías que solo te importaba el hoy y el mañana, aborreciendo la semana que llegaba… Podías poseer cualquier cosa de manera efímera, no deseabas nada material en este mundo; viajaste con lo puesto y con eso pasarías el resto de la vida; llegaste a mi con las manos vacías y juntos registramos los huecos de la pared hasta encontrar los suspiros abandonados a lo largo de tantos años para consolarnos. Aunque todo fuera un engaño nos daba igual el hambre y la cárcel, las yagas escocían mientras tirabamos para adelante.