martes, 12 de mayo de 2009

Ni hace tanto calor ni las nubes son verdes

Y así que me paso las mañanas entre test de inteligencia, conversaciones sobre estandarteres de colores y café en vena.. A ratos que digo de hacer esta baratija postmoderna apelada por muchos literatura de calle. Esta mañana en el trayecto hacia el país de los cuerdos que clasifican a los locos vi un ciego al que le clareaban algo más que las entradas y no fue casualidad, la verdad es que yo ni sé como pude verle, porque mientras ella me esperaba en su consulta toda "gafeada" y entre ruidos de taladros yo daba tumbos y mecía sinuosamente mi silueta al vaivén de mis caderas con la ceguera del que no quiere ver lo que le rodea. Los ojos no muy cerrados, pero el corazón amurallado para protegerlo de posibles invasiones. Él me dijo que no temiera, ella que estaba loca, pero porque me desbordaba mi imaginación, no imagino ni elucubro, solo pienso y todo en mi cabeza se adorna a modo de navidad escueta.
Y si... claro que susanita tenía un ratón pero este no comía chocolate, SE LO FUMABA. ¿Y para que meter el precioso eufemismo de que comía bolitas de anís si lo que hacía era meterse lingotazos de ánís del mono??




Y ahora que el edredón me está comiendo la espalda y la almohada me cosquillea el cuello ha llegado la hora de las nueces que no hacen ruido.

3 comentarios:

  1. Más nueces y menos tonterías.


    Estudio para alguacil.

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  2. mis 21 años me dicen que sí, que se metia anis del mono en cantidades ingentes, la triste e indomable susanita. por cierto, en tus datos personales parece muy interesante

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nada estomagante