jueves, 23 de diciembre de 2010

Más pedazos



¿Sabes? me es indiferente agarrarme a clavos al rojo vivo, quizás sea porque me enamoro del primero que me ofrece amor a contrabando...

El día que te conocí te dije eso mientras pelaba cebollas como excusa barata
para justificar las lágrimas que provenían de lo hondo de la desesperación.
Te lo dije detrás de unos fogones con la cara llena de charcos.
No me quitabas el ojo; aunque no me conocías de nada sabías que era tu alma gemela.
Cualquier cosa que te hubiera dicho habría valido para convencerte de que el mundo había predestinado nuestro encuentro en aquel antro de mala muerte.

Mientras preparaba la tortilla me agarraste por la cintura y contoneaste mi pelvis al ritmo de un blues que cantabas nada desafinado. Decías ser cantante de un grupo de rock, que la música era tu vida y el acordeón a la espalda tu medalla de guerra.

Cada día de aquella semana hiciste exactamente lo mismo. LLegabas al bar, saludabas al cojo, al sordo y al borracho, dejabas el sombrero al lado del apio, cerrabas la caja de musica que yo dejaba abierta como una puerta oculta entre lechugas hacia el mundo paralelo en el que me refugiaba mientras daba muerte a la vida, y decoro a la sinestesia. Me alegraste tantas semanas con tus serenatas a media voz y cortinas echadas que no sabía de donde sacar las cebollas cuando aparecías sin el acordeón y la chaqueta mojada.

Cada noche con la cabeza bajo la almohada la ansiedad me corroía. Soñaba con tus manos secas y duras meciendo mi cintura,prometiendo sacarme de la mediocre vida mundana a la que me exponía con tesón. Cualquier momento en soledad servía para llorar sin ningún tipo de excusa hasta quedarme tan seca que un día ni las cebollas llegaron a hacerme efecto. Ese día tu gesto cambio de manera sobrecogedora
y te diste cuenta de tantas cosas que me sacaste a rastras de la cocina, te despediste de mi jefe para siempre y me llevaste al cobertizo donde vivías rodeado de guitarras españolas, todas ellas en un estado deplorable, como tu alma, decías.

- Están aquí para ser arregladas, sería una verdadera lastima ver esa madera impregnada de melodías carcomida por pseudomonas.
- Pseudo qué?
- Escucha que te hable y que te diga que te quiero más que a mi vida, que a mi música, que a cualquier aparato ajeno que me pudiera devolver la felicidad en un instante. Qué importa lo demas si sólo eres tú lo que necesito...

Y me besaste tan fuerte que tres días me supo la boca a sangre, y la sangre se convirtió en mi sabor favorito. Besarte era como abandonar
la tierra por horas, de repente aparecía una atmosfera cargada donde la ingravidez reinaba de tal manera que mi estómago no paraba de dar vueltas en sentido contrario a las agujas del reloj. Hacer el amor era la cosa menos premeditada del mundo, y aún así siempre había sándalo, velas y música, como por arte de magia. Me regalaste tantos orgasmos que en mi antigua colección no cabía ni un solo beso
rojo más y empecé a tirar por la borda recuerdos del ayer, uno por uno los dejé ir para dejarte entrar en mi, para coleccionarte solo a ti . Y es que la perfección que me regalabas se convirtió en mi todo.

Por que sé que aunque doscientos elefantes se bañen en mi bañera cada noche y que cada desayuno lo comparta con vampiros ciegos que juran venganza a la tendera de la esquina; porque aunque no te quites la gorra ni para dormir y te levantes con un cigarro en la mano; aunque me mates a cosquillas, me tapes la boca y me tires del pelo hasta doblegar a la potra que llevo dentro; aunque todas esas cosas y muchas más a diario me saquen de quicio o me hagan chillar de alegría los dos sabemos que nos odiamos por querernos tanto.
Solo yo sabría pintar el bodegón que me enseñan tus labios entreabiertos
en la más resbaladiza de las noches; en cada gesto, en cada palabra... Solo yo sé que tu cara sonriendo es un poema y tus manos la escultura orgánica mejor diseñada de toda la historia del arte.

Y es que solo a tu lado chillo sin desengaños; grito alto porque sé que te gusta y te encanta verme enloquecer con cada mordisco, con cada pelea de gatos a muerte.
Tú eres un boxeador manco y yo el gato con botas partiendo hacia el ocaso.

3 comentarios:

  1. mmmmm presiento algo verdadero y es algo mas que un poema en entrenamineto ^^ . o quizás una pagina arrancada de un libro sobre dragones y cuentos chinos puesta en un cuadro Francés ... solo el protagonista sabra a donde el viento llevo sus actuaciones ... solo si como "El pulgarcito" las hojas perdida le lleva a todo el contenido , entonces el , podrá recordar el guión que le pertenece . (por mi ,creo que me voy a quitar los dormilones con unas tijeras )

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  2. http://www.youtube.com/watch?v=-sDx0m7fmNo

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  3. No entiendo ni media palabra de lo que dices....

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nada estomagante