lunes, 20 de abril de 2009

candidiasis

Pasan cosas, y yo no sé si sorprenderme o ahogarme de espanto. La puerta de un antro bastante concurrido acaba de cerrar sus puertas aunque aún me llega algún acorde bastante peculiar como por ciencia infusa, la gente se apelotona a la salida bajo el pequeño techo que resguarda la entrada porque llueve, yo me situo lejos de la multitud a distancia suficiente como para que se me divise, con mi paraguas que me abriga y la multidud que casi me observa. Y se me acerca un muchacho bastante alto, y me dice como con cierto asombro no fingido: " eres un personaje muy pintoresco, me llamas mucho la atención, pareces como sacada de un libro de la generación del 27, tan bohemia..." Y yo a cuadros sin saber ya que decir despues de tantas coincidencias... a mi izquierda casi más besos de los que me podía imaginar, la persona más especial que conozco desde hace por lo menos dos meses, tan especial que consigue que cualquier persona que tenga al lado olvidé momentáneamente la palabra crisis, vive en uno de esos mundos que pertenecen a las tierras de yupi... y poco a poco deja de importarme lo muy mal o muy bien que se me vea y guardo el paraguas optando por la opción menos corriente, dejar mi cabeza al descubierto bajo el chaparrón de agua que caía, me mojo tanto que parece que he salido de la ducha hace solo un momento.

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