sábado, 25 de abril de 2009

Mira hijo, que pa ser chulo en esta vida hay que tene cojones y DINERO!

Al pasar por su laico ella levantó la carilla de gata mimosina sin animo de lucro, él casi la acarició con la mirada por no ser capaz de utilizar las palma de la mano para saciar su sed de tacto . Era una situación tierna a la par que bienintencionada y con puntos de interes muy comunes. En realidad, ella nunca dejó de ser una minina, era de las que ronroneaban hasta con un murmullo suave en la oreja y se lamían al son del jazz dulce acompañado del tambien dulzón olor del algodón de azúcar que alguien hizo aparecer como por arte de magia. Acostumbraba a llevar puesto el cascabel por si alguna vez decía de perderse o alguien la apartaba de su casa sin fe de malobrar.Su invitación a la privacidad apagó su sexto sentido como si se tratara de una alarma generadora de trozos de sueños rotos y magulladísimos. Le encantaba esa humedad y la que le esperaba tras sus manitas de trapo suave agradable hasta los extremos...

1 comentario:

  1. La cadencia hipnótica de tu prosa... Hace un tiempo escribí aquí un comentario en el que confesaba no encontrar ese "algo" que me atraía. Ahora lo encontré, pero lamentablemente ya es tarde. Un abrazo.

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nada estomagante