miércoles, 16 de septiembre de 2009

O algo así...

Que menos que un Dios, eso era él para mi. Podía morirme pensando en él, yo tenía la vida revuelta y las cosas tan claras... Horas, horas y horas muertas tumbada imaginando su silueta. No fueron suficientemente incandescentes sus aullidos como para borrar su huella. Aparece de nuevo como movido por la penumbra, resurgido de las sombras más ocultas... Sin pudor, sin satisfacción por renacer. Y someterme quisiera ese portento que yo no sé como mirar, me desconcierta en extremo.

1 comentario:

  1. Mmm...me sigue embaucando tu manera de escribir. No dejes el blog muy aparcado endina, es una buena fuente de evasión, más intimista que el fotolog, diría. Visitame y comenta, anda. Ya que sería lógico que nuestra relación personal se enfriara con estas circunstancias, añadámosle un punto de inesperado: seamos ciberamigos al menos. Tu presencia sigue siendo demasiado enriquecedora como para dejar de inmiscuirse en ella.

    Y con respecto a la entrada anterior...no te sientes tan sola. Te daré todo el calor que pueda...aunque sea mediante palabras plasmadas en una fría pantalla. Beso. Se te echa de menos.

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nada estomagante