martes, 7 de abril de 2009

Por fervor o temor

Quizás el crecer rodeada de frases como " lo que se sabe no se pregunta" o "a palabras necias oidos sordos" haya sido fundamental en mi actual ideología y formación. ¿y si aquello que creí saber y no pregunté era erróneo? Si esa frase hubiera coagulado la necesidad de preguntar ciertas cosas quizas hoy no escribiría esto. Afortunadamente, hoy sigo preguntando lo impreguntable. ¿y qué decir de las palabras necias? quien decide que unas palabras son necias y otras no? Ahora pienso que de ninguna manera podría ser objetiva semejante clasificación y me arrepiento de no haber escuchado muchas y muy sabias palabras y aún más de la obediencia que me hizo escuchar solo una parte de la verdad.Dejarme influir por reticencias premeditadas o por la dudosa generosidad de los dadivosos me ha alejado en muchas ocasiones de conocer aquello que consideraba vital mientras que muchos gracias a sus resortes han conocido más de lo que les concernía.Y pensando y pensando me vienen a la cabeza recuerdos de clases de primaria, aquel sopor hipnótico mientras exponiamos nuestras tiernes mentes al feroz huracán de la ética para niños de nueve años,una profesora que no sabía sino adoptar su peculiar prosopopeya y amilanarnos sobre todo aquello que nos podía pasar, engañarnos respecto a sucesos que podían marcar nuestra mentalidad.... y lo que más me extraña es ver como pocos de los que hemos sufrido aquella triste instrucción para la vida han sido capaces de reconocer el autoritarismo y la doble moral bajo aquella pudibunda enseñanza.

3 comentarios:

  1. El problema es q demasiadas veces acatamos "lo q se sabe no se pregunta", y si en el transcurrir de la vida llegas a la conclusión de q igual no lo sabías y tendrías q haber preguntado... y no lo preguntaste dado q estabas rodeada y tutelada por el tipo de persona al q no se le puede preguntar... Q opción más cabía q no preguntar o preguntarte a ti misma?? Vaya galimatías :P
    Un besico

    ResponderEliminar
  2. Hola Endina! te escribo por primera vez.
    Aunque llevo una época poco inspirado a la hora de escribir, puede que demasiado concentrado en lo que hago. Aunque si que he seguido tus comentarios a las letras de Low, que me han traído hasta tu “frambuesa amarga”.
    Me gustaría aportaros mi punto de vista a las cosas que comentas:
    Preguntar es bueno! No dejes de hacerlo! Pero tienes que tener en cuenta que cada persona vive una realidad, tiene un punto de vista diferente y te va a explicar cómo lo ve a través de su prisma. No puede equivocarse, es lo que ve y nunca lo va a ver exactamente igual que tú. Qué ocurre entonces? Que no se puede tomar su punto de vista como una verdad única. Si preguntas a varias personas lo mismo y cada una te responde de manera sincera, te puedes acercar bastante a algo que todavía no conoces, pero aún y así, tú lo verás a tu manera.
    Respecto a nuestra formación básica durante nuestra infancia… yo tampoco tengo comentarios demasiado positivos. Por lo general, eran(y son) personas poco preparadas, sin aptitudes y, prácticamente el 90% de ellos, sin actitud. Son funcionarios que van a dar clases a niñ@s que casi no conocen y que tampoco tienen ganas de conocer. Siguiendo un libro como el de esos niños, pero con los apuntes necesarios para dar la clase que toque de la manera pactada por el respectivo departamento institucional de educación. Y ojo, que no estoy diciendo que l@s profesor@s sean malas personas!. Simplemente son gente normal haciendo un trabajo.
    ¿Cómo mejoraría yo éste… “problema”? Es un plan bastante extenso que he ido confeccionando y remodelando para proponer algún día a alguien… () como sociedad utópica.
    A ver qué te parece:
    Por un lado, habría que controlar mucho más la natalidad, tanto a los progenitores como a la cantidad de hijos que puedan/deseen tener, así como a los formadores.
    Eso provocaría que haya menos personitas por clase y más formadores por personita, así que las clases serían más efectivas.
    Entonces reduciría las horas de clase, para que los progenitores puedan dedicar más tiempo a la correcta formación de estas personitas en los ámbitos útiles de la vida.
    Y entre otras cosas, mantendría la formación de manera continua y vitalicia, cada vez más específica hacia la actividad que mejor se le dé a cada persona, con lo que contribuiría a una mucho mejor especialización y un aumento de la efectividad para realizar dicha actividad, generando más beneficios en menos tiempo para sí mism@ y para su entorno.
    Vaya… sin darme cuenta ya he metido otra parrafada, espero no haberte aburrido mucho. Si quieres, dame cuerda y sigo… ;)

    ResponderEliminar
  3. Tú sigue preguntando! No te canses! Ay, qué mal ha hecho la educación de la frase hecha...

    P.S. Te tomo la palabra: ya me prestarás algo de ficción. ¿En un bote?

    ResponderEliminar

nada estomagante